La arquitectura, como sistema complejo, no actúa disociada de su contexto específico y de su tiempo; el compromiso nace de nuestra realidad.
Los cambios se producen en la conciencia misma del hombre, por lo tanto, pensamos una arquitectura adecuada desentrañando la identidad cultural de donde nos toca actuar como diseñadores.
Es importante tener la posibilidad de construir, como único medio de verificación de las decisiones que se toman en el proceso de diseño, aceptando que los mejores jueces son los usuarios.
El desafío profesional es hacer una correcta lectura de la realidad o ambiente, donde el hombre es una figura protagónica, intentando comprender nuestra situación y dando una respuesta creativa al interrogante planteado.
Quizás, en esta comprensión de nuestra problemática, en una construcción crítica y colectiva, encontremos nuestras auténticas soluciones iniciando una nueva y propia creatividad.